Una obra de Gustav Klimt, que ha estado en el olvido durante casi 100 años, podría venderse por una cifra millonaria en una subasta programada para esta primavera.
El “Retrato de Fräulein Lieser”, considerado una de las últimas obras del célebre pintor austriaco, se estima que alcanzará alrededor de 54 millones de dólares, generando gran expectativa en el ámbito artístico.
La casa de subastas im Kinsky de Viena había catalogado la pintura como perdida desde hace tiempo, pero recientemente se descubrió que pertenecía a un ciudadano austriaco en privado.
“El redescubrimiento de este retrato, una de las piezas más impresionantes del período final de Klimt, es toda una sensación”, comunicó la casa de subastas en su portal.
La obra, rica en colores y brillantez, había sido mencionada en catálogos de Klimt, pero los expertos solo contaban con una imagen en blanco y negro.
Se espera que esta pintura, calificada como “sensacional”, llegue a la cifra mencionada en su subasta programada para abril.
Se cree que la modelo era parte de una prominente familia judía austriaca, influyente en la alta sociedad vienesa, donde Klimt solía encontrar a sus mecenas; sin embargo, su identidad exacta aún no se ha confirmado.
Los hermanos Adolf y Justus Lieser fueron importantes industriales en el antiguo imperio austrohúngaro. Los catálogos de Klimt sugieren que Adolf había encargado el retrato de su hija adolescente, Margarethe Constance. Sin embargo, una nueva investigación indica que Lilly, esposa de Justus, pudo haber sido quien lo encargó para una de sus hijas.
La subasta reveló que la mujer pintada visitó a Klimt hasta nueve veces en abril y mayo de 1917, y fue objeto de al menos 25 estudios preliminares, comenzando el trabajo en mayo de aquel año.
“El pintor eligió un retrato en tres cuartos, presentando a la joven en una pose frontal, casi en primer plano, con un fondo rojo abstracto, y vestía una lujosa capa decorada con flores”, detalló la casa de subastas.
El cuadro, que muestra las características texturas y colores vibrantes del último estilo de Klimt, permaneció en su estudio hasta su muerte en 1918, y fue entregado a la familia Lieser.
El paradero de la obra desde 1925 “ha permanecido incierto”. Según la subasta, se sabe que un antepasado del consignador la adquirió en la década de 1960, y ha llegado a los propietarios actuales a través de varias sucesiones familiares.
El cuadro está programado para ser vendido en nombre de sus actuales propietarios austriacos, cuyos nombres no han sido revelados, pero siguiendo los acuerdos establecidos por los «Principios de Washington» de 1998, que piden la devolución de arte confiscado por los nazis a sus legítimos dueños.
Claudia Mörth-Gasser, experta en arte moderno de im Kinsky, explicó la situación por escrito a CNN, destacando que han investigado a fondo la historia de la obra en Austria y no encontraron evidencia de que haya sido exportada, confiscada o saqueada.
Sin embargo, también subrayó la falta de pruebas que desprestigiara su posible saqueo durante el periodo de 1938 a 1945.
Debido a esto, se firmó un acuerdo entre el propietario actual y los descendientes de la familia Lieser, conforme a dichos principios.
Los retratos femeninos de Klimt son “poco comunes en el mercado de subastas”, afirmó el comunicado, y agregó que una obra de tal rareza y valor no se había visto en Europa Central en décadas.
Antes de la subasta del 24 de abril, la pintura llevará a cabo una gira internacional, con exhibiciones planeadas en Suiza, Alemania, Gran Bretaña y Hong Kong.
El retrato más reciente de Klimt se vendió por 85,3 millones de libras (108,4 millones de dólares) en Londres el año pasado, estableciendo un nuevo récord para la subasta europea. Este trabajo, titulado “Dame mit Fächer” (Dama con abanico), retrata a una mujer no identificada y superó a la obra “Bosque de abedules”, que se vendió por 104,6 millones de dólares en la subasta de la colección del difunto cofundador de Microsoft, Paul G. Allen, en 2022.